Muchas personas resultan lesionadas haciendo deportes, trabajando o en algún suceso de la vida diaria, y piensan «no duele tanto» eso debe ser por «X causa» y he allí el problema que vamos a tratar hoy.
Es altamente recomendable que seas revisado por un quiropráctico que esté ampliamente capacitado, porque podrán identificar si tu lesión es realmente peligrosa o no, que tipo de acciones debes tomar para que se reduzca el dolor rápidamente y no te cause un problema más grave.
Nunca te automediques, o ignores a tu cuerpo por supuesta valentía, para ello te contaré la siguiente historia:
"No duele tanto"
Un padre de familia que lo había dado todo por su hogar estuvo siempre persiguiendo su sueño, de que su emprendimiento llegara a ser una gran empresa, y trabajo muy fuerte en una aplicación social que revolucionaría al mundo.
Un día recibe una triste noticia de su esposa, se va con otro hombre, porque no soporta vivir una vida sin las comodidades que siempre ha deseado, ella le insistía a que el apostara por un «trabajo seguro» que sea rentable y no lo alentaba con su proyecto. Vivían en constantes discusiones acerca del tema, pero ella tomó su decisión, decidió irse con un hombre adinerado y se llevó a una de sus dos hijas.
Él y su hija no las volvieron a ver, la niña que se quedó con su papá estudiaba y trabajaba con su abuela para ayudar a su papá a salir adelante, mientras él, además de su trabajo, se dedicó a tratar de dar a conocer su emprendimiento para conseguir un inversionista.
Un día, recibió la gran noticia, la entrevista con el inversionista que el deseaba convencer, sin pasaje y su traje algo gastado y con sólo 30 minutos para llegar a la entrevista recién concretada, salió corriendo, y al virar en una calle sin fijarse bien, un carro le ha chocado, él se levanta del pavimente, se revisa, y le duele un poco su cuerpo y su cabeza, pero está concentrado en la entrevista. Indica al conductor que no se preocupe «no duele tanto» estoy muy apurado.
El momento de la verdad, llegó algo sucio por el accidente, pero su presentación fue magistral, los inversionistas han quedado encantados, y le aprobaron su proyecto, con una inversión muy alta para hacer posible su proyecto, él no lo podía creer, lo había logrado.
Muy contento, sale del edificio, y llama a su hija, «mi amor, por fin, lo he logrado» le dice cuanto la ama y que lleva en el autobús el alimento favorito de ellos dos y reclina su cabeza al vidrio al lado de su asiento de pasajero, la niña intenta hablar con el, pero ya no responde.
Lentamente sale un liquido rosado por su nariz, lamentablemente, el accidente que no dolía tanto si era grave, estaba viviendo las últimas tres horas de su vida. Nuestro protagonista ha muerto, la niña ha perdido a su padre, su dolor pasó factura.
Esta historia es más común de lo que crees, no dejes ir tus sueños, no los podemos perder por ser imprudentes, por pensar que sólo es un dolor común, pues, hacerte ver por los expertos podría salvar tu vida.
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